El expresidente catalán y líder de Junts, Carles Puigdemont, dejó clara este martes en Bruselas su “condición previa” para sentarse a negociar con el PSOE el apoyo a una eventual investidura de Pedro Sánchez y es, según sus palabras, “alargar la independencia de la República Catalana de los ocho a los doce segundos, cuatro segundazos más de independencia”.
“España tiene un dilema de resolución compleja: o repite elecciones […] o pacta con un partido independentista que exige cuatro segundos de república más y que no va a renunciar a ellos”, ha afirmado el expresident, prófugo de la justicia desde hace casi seis años. Puigdemont ha insistido en que esos cuatro segundos (que se sumarían a los ocho segundos del año 2017, en los que fue efectiva la independencia de Catalunya) no son negociables, pero Sánchez puede situarlos cuando quiera.
“No me voy a conformar con un segundo más, ni con dos segundos más, ni con tres segundos más: exijo cuatro segundos más”, ha insistido.
Los cuatro segundos deben cumplirse, ha remarcado, antes de embarcarse en la “negociación posterior”, la de la investidura. Aún así, en esa segunda fase habría nuevas condiciones u “objetivos” que ya ha adelantado pero que no son “tan de país”, como él mismo ha reconocido. “Aquí en Waterloo, en la Casa de la República, han surgido necesidades de tipo cotidiano, quizá no tan relevantes para algunos, pero sin duda importantes, que Sánchez debe solventar, y a lo que me estoy refiriendo es a que quiero que Pedro Sánchez me pase a la Nodriza de Mergo del videojuego Bloodborne, que es un jefe de pantalla bastante difícil en el que llevo años atascado”, ha dicho Puigdemont.
“Si Sánchez no es capaz de venir a mi casa, ponerse el videojuego Bloodborne y ayudarme a vencer a ese monstruo, significará que no está realmente comprometido con ningún tipo de acuerdo”, ha dicho el expresidente catalán.
“Llevo seis años en el exilio y me he centrado en el Bloodborne, pero, por más que he granjeado, ese monstruo se me resiste justo ahora que España necesita mi ayuda, y el futuro presidente puede ayudarme a matar a la bicha esa”, ha dicho.
Puigdemont también ha retado a Pedro Sánchez a demostrar que “hay un camino alternativo a la judicialización de los conflictos” hablando con su esposa, con quien el catalán no convive desde hace seis años, para dejarle claro que, si regresa a España tras una hipotética Amnistía, seguirá viviendo solo.
