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Se niega a ir a votar porque las elecciones generales están muy politizadas

DENUNCIA QUE ES IMPOSIBLE VOTAR "SIN QUE SE INTERPRETE COMO UN GESTO POLÍTICO"

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«Siempre igual: en plena campaña, solo se habla de política. No se habla de lo que a la gente le importa. Incluso si se ponen a hablar de salarios, al final lo hacen para que les votes». Con estas palabras defiende Joseba Negro Iturregi su firme decisión de no votar en los próximos comicios «ni en ninguna otra convocatoria» hasta que la clase política deje de manipular a la opinión pública para que se hable de lo que a los candidatos les interesa: la política.

Joseba se considera portavoz «de la mayoría de la población», que está harta de que los partidos sean el foco de las elecciones. «Parece que votando te tienes que significar políticamente, incluso si votas en blanco se interpreta como un gesto en clave política. Yo no quiero saber nada de política, lo que me interesa es lo que me afecta a mí, que no soy político», razona.

«Yo no tengo ideología. Y las personas como yo no tenemos hueco en las elecciones. Es imposible votar al margen de la política hoy en día. No sé cómo hemos permitido este grado de sectarismo», defiende.

Según denuncia Joseba, ya no es posible votar «sin convertirte en votante de una determinada organización». Incluso los que no votan, como él, acaban «en las garras de la ideología, porque se lee tu negativa a votar como una opinión sobre la política». Joseba lo que quiere, insiste, es «vivir al margen de las ideas, políticas y de cualquier otro tipo, no significarme sobre nada que no tenga que ver con el aquí y el ahora». Si pudiera, Joseba se convertiría en un haz de energía que se iría extinguiendo gradualmente hasta el día de su muerte, sin haberse mezclado nunca con ningún asunto colectivo. Este hombre aspira, según él mismo reconoce, a pasar por la vida sin dejar huella, militando en la más absoluta irrelevancia para no tener que comprometerse con nada que no sea respirar, comer, dormir y cagar. «De reproducirme ni hablemos, porque el tema del sexo está complicadísimo también, es todo ideología», señala. Y vuelve a insistir: «Las otras personas son ideología. Lo mejor es no hablar con nadie. El gesto más puro y libre de sesgos es pegarse un tiro y acabar con todo, pero no lo hago porque seguro que se leería también en clave de protesta».

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