Cansados de repetir las cosas, e inspirados por las prácticas de aeropuertos y estaciones de tren, unos padres han decidido esta semana instalar megafonía en todas las habitaciones de la casa. “Señoras y señores, no olviden lavarse las manos antes de empezar a comer. Ladies and gentlemen, please remember to wash your hands before dinner” es uno de los mensajes que se pueden escuchar desde el pasado lunes en la megafonía de la vivienda.
“Señores y señoras, no se acerquen tanto a la tele, y por favor dejen ya el móvil”, insiste una voz metálica cada cinco minutos a través de los altavoces instalados. “Antes, repetíamos las cosas veinte veces. Gracias a la megafonía solo lo hemos dicho una vez y ya no tendremos que volver a hacerlo”, asegura el matrimonio.
Además de la megafonía, los padres también han instalado un radar en el pasillo para evitar sprints. “El radar saca fotos a nuestros hijos si superan los nueve kilómetros por hora y se les resta el dinero directamente de la paga semanal”, explican. “Vivimos mucho más tranquilos y nuestros hijos se comportan con más civismo que nunca”, celebran.
Al cierre de la edición, la prensa ha podido hablar con los hijos de la familia, aterrados por el estado policial que gobierna en su casa. “Lo de la megafonía y el radar aun tiene un pase, pero la habitación-cárcel en la que los meten cada vez que cometen alguna infracción es excesiva”, relatan los periodistas.
