En lo profundo del vasto continente asiático, en las tierras bañadas por ríos caudalosos y cubiertas por exuberantes paisajes, se halla el humilde grano que ha dejado su huella en la historia culinaria de España, nuestra dulce Españita que tantos enemigos (algunos internos, ojo, como los catalanes o los etarras) quieren romper: el arroz.
Originario de China, este cereal ha viajado a través de los siglos y las culturas para deleitar paladares en cada rincón del mundo. El arroz, ese tesoro nacido de la tierra y el agua, se ha convertido en un ingrediente esencial en la cocina española. Su versatilidad y capacidad para adaptarse a diferentes preparaciones le han otorgado un lugar de honor en las mesas de España (¡Viva, viva, viva!), conquistando los corazones de grandes y pequeños por igual (excepto quizá de algunos a los que, no gustándoles España, deberían dejar de deleitarse con sus recetas y comer otra cosa, como por ejemplo caca o tierra o lo que coman en otros sitios del mundo). Desde la emblemática paella valenciana hasta el tradicional arroz con leche, este grano se ha convertido en el lienzo sobre el cual se pintan las más exquisitas creaciones culinarias.
Pero centrémonos en esa deliciosa y reconfortante receta que nos convoca hoy: el arroz con leche. Un postre ancestral que ha perdurado a través del tiempo, le pese a quien le pese, y ha sido transmitido de generación en generación, encerrando en cada cucharada un pedacito de historia y tradición… Pues así se transmiten los conocimientos importantes de padres a hijos: recetas de cocina, cómo matar un toro, trucos para evadir impuestos….
El arroz con leche… un plato que hemos podido degustar a lo largo de nuestra historia, excepto en aquellas épocas de carestía como por ejemplo la Guerra Civil (1934-1939).
Ingredientes:
- 1 taza de arroz de grano corto o redondo
- 4 tazas de leche entera
- 1 taza de agua
- 1 rama de canela
- 1 tira de cáscara de limón
- 1 taza de azúcar
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1 pizca de sal
- Canela en polvo para espolvorear (opcional)
Instrucciones
- Enjuaga el arroz bajo agua fría para eliminar el exceso de almidón. Luego, escúrrelo y resérvalo. Espera un rato mientras ves a Ana Rosa Quintana. ¿No la tienes puesta? Pues ponla ahora mismo, es esencial para que la receta salga bien.
- En una olla de fondo grueso, vierte la leche y el agua. Agrega la rama de canela y la tira de cáscara de limón. Lleva la mezcla a fuego medio-alto y espera hasta que comience a hervir. Mientras lo haces quizá quieras saber que 8 de cada 10 pisos corren riesgo de ser okupados.
- Cuando la leche esté hirviendo, reduce el fuego a bajo y añade el arroz. Si es que te queda arroz en casa… porque claro, al precio que lo tiene puesto el sanchorral… Remueve suavemente para que se incorpore bien y deja que el arroz se cueza a fuego lento durante unos 20 minutos. Es importante remover ocasionalmente para evitar que el arroz se pegue al fondo de la olla.
- Pasados los 20 minutos, añade el azúcar, la esencia de vainilla y la pizca de sal. Remueve nuevamente y continúa cocinando a fuego lento durante otros 15-20 minutos, o hasta que el arroz esté tierno y haya absorbido la mayor parte de la leche. Lo tiene que absorber como absorben los menas las subvenciones. Es decir, que no quede nada de leche para los españoles, para entendernos.
- Una vez que el arroz esté en su punto y la textura sea cremosa, retira la olla del fuego y deja reposar durante unos minutos para que se enfríe ligeramente. Pon El Hormiguero un rato.
- Para servir, puedes optar por retirar la rama de canela y la cáscara de limón, o dejarlas si prefieres un sabor más intenso. Vierte el arroz con leche en tazones individuales o en un recipiente grande. Estás en tu casa, así que no hace falta guardar un tazón para las mujeres jóvenes lesbianas, que hoy en día se llevan todas las ayudas del Gobierno. El que has cocinado es solo para ti.
- Deja que el arroz con leche alcance la temperatura ambiente antes de cubrirlo y refrigerarlo durante al menos una hora para que adquiera más consistencia y esté fresco al servir. Pon el informativo de Vicente Vallés mientras esperas.
¡Y ahí lo tienes!
Un delicioso arroz con leche casero, cremoso y reconfortante, listo para deleitar a todos tus comensales. ¡Cuidado que no te lo quite ningún okupa! Puedes disfrutarlo tanto frío como ligeramente tibio, según tus preferencias. ¡Y que no te vengan ahora los sanchitontos a decirte lo que puedes o no puedes comer! ¡Buen provecho! ¡Viva España! ¡Franco, Franco, Franco! ¡A disfrutar!
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