Esta mañana, Felisa Rascales, una feminista de 33 años natural de Madrid, ha decidido hacerse TERF porque su manifestación queda más cerca de su casa. Tras ver el recorrido de las dos manifestaciones, Felisa ha decido abrazar el feminismo trans-excluyente porque así podrá ir andando y volver mucho más temprano a casa.
Durante esta mañana, Felisa ha estado leyendo diferentes artículos en contra de las personas trans para intentar encajar en la manifestación. “De momento, no entiendo mucho el problema que tenemos con las mujeres trans, pero es que para ir a la otra manifestación tengo que hacer transbordo de metro”, se sincera. “El movimiento es más o menos el mismo, si obviamos lo de excluir a algunas mujeres”, añade.
Llegada la tarde, Felisa ha estado dos horas lanzando proclamas contra las personas trans. “La atmósfera al final te acaba contagiando, hay cánticos muy pegadizos y yo no quería ser una aguafiestas”, ha declarado mientras portaba un cartel en el que se pedía la abolición de la Ley Trans. “Todas las presentes son muy majas y además he podido volver a casa caminando”, ha concluido. Reconoce que al final se ha sumado a las «lesbianas rurales» porque su marcha iba justo en la dirección que llevaba a su casa.
No es la primera vez que Felisa cambia de ideales por cuestiones relacionadas con la movilidad: hace unos años, estuvo en contra del aborto para poder moverse por Madrid en el autobús de Hazte Oír.
