Esta mañana, al enterarse de que Ana Obregón ha comprado un bebé en Miami, Raúl Lázaro, padre de dos niñas natural de Torreledones, ha amenazado a sus hijas con venderlas a la actriz si no paraban de pelearse. «Eva, lo digo en serio, si no dejas de gritar te vendo a la señora esa por cinco euros», ha agregado muy serio.
«Es mentira porque los niños no se pueden comprar», ha replicado la hija menor, Laura, de siete años de edad. Su respuesta ha forzado al padre a hablar de la gestación subrogada, un concepto que, lejos de asustar a las niñas, las ha animado a ofrecerse como hijas a Rosalía y Rauw Alejandro. Lázaro ha tenido que improvisar hablándoles de una supuesta cláusula de permanencia que les impide legalmente cambiar de padres.
La ocurrencia de este padre ha triunfado nada más difundirse en las redes sociales, y la leyenda de que los niños que se portan mal acaban en manos de famosos españoles emocionalmente inestables sin ningún control por parte de las autoridades ya supera a clásicos como el hombre del saco o el coco.
Los expertos en crianza no han tardado en alertar de los riesgos de esta práctica, que puede acarrear «un miedo real a convertirse en propiedad de la señora Obregón».
El inventor de la nueva excusa se arrepiente de la estrategia. «Ahora se han puesto a investigar en internet para ver qué casa tiene la Obregón y si es mejor que la mía», lamenta.
