Decepcionando a Europa de nuevo, Francia ha comunicado esta mañana que hará lo que buenamente pueda, pero que es muy probable que vuelva a rendirse ante el nazismo, tal y como hizo en 1940 tras solo un mes y medio de contienda frente el ejército alemán. «Uf… bueno, uno tiene que saber cuándo el fascismo va a ganar y asumir lo inevitable y votar a Le Pen», han explicado miles de franceses ante la prensa internacional intentando justificar su voto.
«Vamos a aguantar lo que podamos sin votarles, pero…», admiten los franceses, que tienen que decidir en unos días si resisten el crecimiento del fascismo o se rinden a la mínima oportunidad, tal y como hicieron en anteriores ocasiones. Muchos ciudadanos franceses creen que el fascismo les pone contra las cuerdas y no tienen otra alternativa que apoyar a un partido xenófobo y con tintes antidemocráticos.
«Bueeeno, qué faena… aquí tenemos a los nazis otra vez, pues nada… Qué se le va a hacer», dicen los franceses, resignados ante la ultraderecha, que tiene muchas opciones de gobernar el país de aquí a pocas semanas.
El país galo no es el único territorio de Europa a punto de capitular ante el fascismo. En otras regiones, como por ejemplo Castilla y León, esta misma semana se han rendido ante el fascismo por 184ª vez consecutiva en lo que va de siglo y han tenido que dejar entrar a los fascistas a sus instituciones tras una férrea resistencia de cinco minutos.
