Desde que empezaron a hacer un puzle gigante el 5 de enero, los miembros de una familia de Córdoba están teniendo que comer en el suelo porque tienen la mesa del salón totalmente cubierta. “Es un puzle de 10000 piezas, así que ocupa mucho espacio”, expresa Alberto Bargiela Valverde, el padre de familia. “Pensábamos que lo acabaríamos en un par de días, pero ya llevamos dos meses con el asunto”, lamenta.
La familia come y cena diariamente en el suelo. “También desayunamos en la alfombra”, confiesa Jorge, el hijo menor. “Nos esforzamos al máximo en completar el puzle para poder volver a comer sentados, pero las piezas son muy pequeñas y hay muchas que son oscuras, así que no hay manera”, reconoce el padre.
A estas alturas, la familia ya es consciente de que elegir un puzle tan grande fue un error. “Somos esclavos de ese rompecabezas”, denuncia Carmen, la madre. «Ya no podemos ni jugar a juegos de mesa», insiste.
El comer desde el suelo no es la única incomodidad que vive esta familia; la colección de aviones en miniatura que regalaba El País y que guardan en el baño les obliga desde el año pasado a defecar en casa del vecino. “Nuestra casa está secuestrada y nos tenemos que mudar”, se sinceran los padres. “Necesitamos un nuevo comienzo para poder volver a sentirnos cómodos en nuestro hogar”, añaden.
Esta misma familia ya se mudó de casa en el año 2013 porque el padre había montado un Scalextric gigante que bloqueaba el pasillo, el salón y la entrada a las habitaciones y al baño. “Nuestra próxima casa deberá tener una sala de juegos o tendremos problemas”, reconocen.
