Daniel Mora, de 27 años, ha pagado esta semana 120 euros por subirse una hora a un simulador y hacer de asistente de vuelo. Los hechos se produjeron en el simulador de vuelo de Madrid “SimuFlight”, situado en el Paseo del Pintor Rosales. “Mora entró con un carrito lleno de refrescos y empezó a pasearlo por el pasillo del simulador”, explica el confuso instructor de vuelo del centro.
Según fuentes cercanas, Mora se dedicó a gritar “cross check” durante toda la hora que estuvo subido al simulador. “Claramente no tenía práctica en la asistencia de vuelo, iba bastante perdido”, reconocen los responsables del centro. “Nosotros estamos acostumbrados a enseñar a pilotar, así que tampoco pudimos instruirle demasiado en lo de servir bebida y comida a los pasajeros como a él le habría gustado”, se sinceran.
Al no haber pasajeros y estar los asientos del simulador vacío, Mora se dedicó a preguntar al resto de clientes que hacían cola para pilotar si iban a querer pollo o pasta. “Se trajo la comida hecha de casa”, explica un estudiante de vuelo. “Yo le pedí pasta y estaba rica, pero otros dicen que el pollo estaba mucho mejor”, asegura.
Durante prácticamente toda la hora de simulación de vuelo, Mora estuvo sentado en una banqueta con el cinturón puesto, levantándose únicamente para servir comida y fingir que ayudaba a colocar maletas en el compartimento superior. “Ha sido una experiencia increíble y en cuanto ahorre otros 120 euros volveré”, ha dicho a la salida visiblemente emocionado.
Al cierre de la edición, la prensa ha podido saber que Daniel Mora ha simulado estar en el sindicato nacional de asistentes de vuelo y ha denunciado al simulador de vuelo exigiendo un sueldo más alto y mejores condiciones de trabajo.
