Aun poniendo en riesgo la relación por verse cada día, lo que acaba generando tensiones y pérdida paulatina de la pasión, miles de españoles se ven obligados a compartir piso con sus parejas porque no pueden permitirse pagar solos un alquiler. “Al final hasta te acostumbras a la falta de espacio, pero hay momentos muy duros”, reconoce Olga Camuñas, una mujer que tiene que compartir piso con su marido desde 2015.
“Ahora me veo obligado a compartir mi vida con la persona que da sentido a mi existencia”, lamenta Enrique Somosaguas, de Jerez. “Eso es algo que nadie en su sano juicio podría querer porque no hay relación que lo aguante”, reflexiona. Gran cantidad de parejas rompen cada año en España debido a que comparten piso, pero mientras el precio del alquiler no descienda la situación se mantendrá o irá a más.
Las discusiones que provoca tener que compartir piso con una pareja son uno de los principales problemas que genera el alto precio de la vivienda, pero no el único. “Al pasar tanto tiempo juntas, muchas parejas acaban teniendo hijos y eso ya obliga a compartir piso también con ellos”, explican desde el portal inmobiliario Idealista. “Estamos hablando de pisos en los que pueden vivir hasta cuatro personas entre padres e hijos”, alertan.
Pero, sin duda, lo más trágico de toda esta situación es que, debido al precio de la vivienda, miles de españoles se ven obligados a pedir una hipoteca con sus parejas, quedándose atados a ellas durante décadas sin poder desvincularse.
