Resaltando que se trata de una propuesta muy imaginativa y de «fuerte raigambre folclórica», aunque sin negar que también es arriesgada, numerosos transeúntes han defendido hoy el piropo machista de un albañil porque consideran que hay que separar al artista de la obra. “Este señor lleva toda la vida sacando piropos de un enorme nivel”, declara un fan que regenta un bar a 200 metros del edificio en construcción.
Algunas personas que pasaban por la calle en el momento en el que se lanzó el piropo se quejaron de que era ofensivo e inapropiado, llegando incluso a exigir que se cancelase la obra. “Aquí se está construyendo un edificio y la gente que ha comprado los pisos no tiene ninguna culpa de que ahora no se pueda decir nada porque hay mucho ofendidito”, asegura uno de los transeúntes que defienden el piropo machista.
Según ha podido saber la prensa, en la calle se ha improvisado un acalorado debate entre los que querían que se despidiera al albañil y los que defendían su libertad de expresar su opinión sobre el físico de otras personas. “Es ficción, es ficción”, han defendido los expertos constructores. “Por supuesto que él no piensa eso sobre esa parte concreta de esa mujer puntual, simplemente ha hecho arte con sus palabras”, insisten.
El autor de la obra ha declarado hace unas horas en la cuenta de Twitter de Construcciones Ramírez Lozano SL que sus palabras se han sacado de contexto.
