Tito Romagosa Menchón, reputado arqueólogo del CSIC con casi 30 años de carrera a sus espaldas que ganó el año pasado el Premio Nacional de Arqueología y Paleontología de la Fundación Palarq, ha asegurado hoy que el hueco para aparcar que ha encontrado esta mañana «justo frente a la puerta» es el mayor descubrimiento de toda su carrera.
«La emoción que he sentido cuando he visto que el coche me cabía, justo, pero me cabía, me ha recordado a cuando encontramos el yacimiento del Kurdistán iraní», admite Romagosa. «Pero vamos, que un yacimiento está allí siempre. Un hueco para aparcar en el centro es algo que pasa una vez en la vida y, si no estás en el sitio adecuado y en el momento adecuado, olvídate», matiza.
La espectacularidad del aparcamiento viene dada también, según este arqueólogo, por el estado de conservación extraordinario del hueco, «sin alcantarilla debajo ni líneas desgastadas». Es, insiste, «un hueco legal, con todas las de la ley, con espacio suficiente para entrar y salir».
Todo el equipo de arqueólogos con el que trabaja Romagosa se desplazará esta misma tarde al lugar donde está aparcado el coche para documentar la proeza.
«De aquí no lo muevo. Me jubilo ya mismo y acabo mi trayectoria profesional en alto», ha concluido Romagosa.
