Viendo que cada vez era más difícil volver a dejarlos colocados tal y como estaban, una pareja de Segovia ha decidido comprar una segunda cama para poder poner en ella todos sus cojines. La pareja, formada por Enrique Trujillo y Amapola Bruño, empezó poniendo un cojín entre las dos almohadas en el año 2017 y ahora, tres años más tarde, ya cuenta con más de veinte ejemplares esparcidos por toda la cama.
Cada noche, antes de dormir, se veían obligados a sacar uno a uno cada cojín y colocarlos en el suelo para, a la mañana siguiente, volver a subirlos a la cama e intentar ponerlos exactamente como estaban. “Empezamos a dormir cada vez menos horas para evitar enfrentarnos a tantos cojines”, se sincera Enrique. “A mí me gusta mucho la disposición que he diseñado, pero es cierto que es muy complicado replicarla cada mañana”, lamenta Amapola. “Lo mejor era comprar una segunda cama”, reconoce.
La pareja llevaba semanas durmiendo en el sofá para no tener que quitar todos los cojines de la cama, algo que estaba repercutiendo negativamente en su salud cervical y en su intimidad.
“Los cojines se convirtieron en un auténtico obstáculo para nosotros”, confiesan. Por suerte, ahora que se han hecho con la segunda cama, han podido volver a dormir cómodamente sin preocupaciones.
Lamentablemente, a los pocos días de adquirir la segunda cama, Amapola ya ha empezado a poner cojines encima de la que usan ellos, que a su juicio ahora se ve «muy vacía», lo que podría conllevar la compra de una tercera cama en un futuro no muy lejano. De hecho, dos de cada tres parejas que tienen una segunda residencia la utilizan exclusivamente para guardar las camas llenas de cojines que ya no pueden usar.
