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En la pasada primavera la mascarilla pegó muy fuerte. Fuera quirúrgica, en pico, de tela, con colores o flores, todos las lucíamos y nos quedaban divinamente, pero el tiempo no pasa en balde y ahora basta con echar un simple vistazo a las calles para entender que este complemento ya no está de moda, porque lo que se lleva este verano son las hombreras.

¡Ay, las hombreras! Amadas por muchos y odiadas por otros tantos, este complemento definió la década de los ochenta así como la mascarilla definió la primavera de 2020. Si bien durante años las hombreras cayeron en el mismo saco del fuseau, los cardados o la distancia social, esta temporada la balanza se inclina definitivamente a su favor y su regreso no solo se prevé total sino, sobre todo, triunfal.

Aunque no nos engañemos, esta vuelta no es ninguna novedad. Muchos ya lo temimos al ver que el sitio más ‘cool’ para llevar la mascarilla era el codo; ahí ya se intuía que la vuelta de las hombreras era imparable. Este complemento es absolutamente contagioso, una vez que las empiezas a usar ya es imposible dejar de hacerlo. La mascarilla ha estado bien, ha tenido su momento, pero ahora vuelve a ser tiempo de hombreras. ¡Y nos encanta!

Muchos de los looks del ‘street style’ que hemos podido ver en las semanas de la moda de Nueva York o Milán miran más hacia el pasado que hacia el futuro porque, no nos engañemos, la seguridad sanitaria es aburrida, la mascarilla no deja respirar y en los ochenta se vivía perfectamente sin ningún tipo de enfermedad nueva molestando.

Así que sí, se acabó la dictadura de la mascarilla, vuelve la liberación de las hombreras. ¡Goodbye mascarillas! ¡Hello hombreras!