Admitiendo que no entiende por qué ha sido elegida, una humilde hoja de lechuga ha deducido que la están entrenando para ir al espacio tras pasarse unos minutos girando a toda velocidad en el centrifugador de lechuga. “La única explicación que encuentro a que me metan aquí dentro y me hagan girar a estas velocidades tan desagradables es que me estén entrenando para ver si soy apta para viajar en un cohete”, ha declarado la hoja de lechuga, que también considera que haberla puesto bajo un chorro de agua a presión podría formar parte del protocolo de preparación para el viaje al espacio.
“Una humilde hoja de lechuga como yo… en el espacio… Madre mía, qué emoción”, ha pensado mientras giraba a gran velocidad, según ha podido saber la prensa.
Aunque la experiencia le está resultando una auténtica tortura, se siente honrada por haber sido seleccionada y confía en que ver la Tierra desde el espacio compense todo el esfuerzo. Lamenta, eso sí, que nadie le haya preguntado si se ofrecía voluntaria para introducirse en el centrifugador, porque no cree que cualquier verdura pueda soportar algo así con entereza.
“Un pequeño paso para la lechuga, un gran paso para la ensalada”, ha declarado la hoja de lechuga para darse fuerzas segundos después de que le hayan arrojado vinagre y sal por encima, algo que deduce que es otra de las pruebas físicas para convertirse en astronauta.
