“…y la gente gritando ‘¡Se desangra! ¡Se desangra!’ pero el conductor no lo oye y acelera y la pierna ahí volando y golpeando a un viejo en la cabeza”. Este escabroso relato, que dura más de tres minutos y se reproduce desde hoy, y a través de la megafonía interna, en varias estaciones de la red del metro de Madrid, tiene por objeto concienciar a los pasajeros «del modo más efectivo posible» de los peligros que entraña el hueco entre los vagones y el andén, especialmente en las estaciones en curva.
Metro de Madrid explica que hace años que se advierte de este riesgo, pero reconoce que la locución de siempre «es ya tan conocida que la gente no atiende al contenido, se la sabe de memoria». Por este motivo, se ha optado por grabar una nueva advertencia «más explícita» porque «estamos hablando de un riesgo real».
La iniciativa sigue la estela de otras medidas tomadas en algunos aeropuertos extranjeros. La megafonía del aeropuerto de Viena, por ejemplo, alerta de los peligros de dejar el propio equipaje desatendido «y que un colombiano te meta cocaína dentro de la maleta y luego te pillen y tengas que dar explicaciones, hasta que al final acabes en una cárcel en Turquía donde te van a penetrar analmente varios psicópatas sin que los abogados puedan hacer nada por ti, adiós, ‘chau chau’, estás muerto, hijo de puta».
Al cierre de la edición, fuentes de Metro de Madrid admitían ante los periodistas que «nadie nunca, en toda la historia del suburbano de la capital, ha metido el pie entre coche y andén». Pero añadían también que «habría que ver lo que pasaría si quitáramos los avisos».
