Daniel El Travieso, cuyas fechorías inspiraron las famosas tiras cómicas que luego se adaptaron a series de animación e incluso películas, ha salido hoy de la cárcel municipal de Seattle tras cumplir su condena de 30 años -25 por asesinato con alevosía y ensañamiento y 5 por robo con violencia e intimidación- y ha regresado al barrio de Greenlake, en el que sus vecinos ya empiezan a temer de nuevo sus ocurrentes gamberradas.
Con 62 años recién cumplidos pero fiel a su peto tejano y su camiseta de rayas, Daniel intentará integrarse en la sociedad procurando que su incorregible carácter rebelde no le lleve de nuevo al presidio. El ingenuo y provocador personaje asegura haber escarmentado después de golpear múltiples veces al afable señor Wilson con un recipiente de cerámica y una olla para luego atestarle 17 puñaladas con un cuchillo hasta causarle la muerte. «Ya no soy un niño», ha comentado a la prensa esta mañana, aunque sin resistirse a recoger piedras del suelo para guardarlas en el bolsillo del peto, a saber con qué intención.
El exconvicto planea saludar esta tarde a su grosera amiga Margaret, que le acusó de intento de violación, aunque luego retiró la denuncia. Más tarde visitará la tumba de su amigo Joey, muerto por sobredosis hace 15 años por culpa de las drogas que Daniel le empujó a probar.
Netflix planea rodar un remake de Daniel El Travieso que repasará su carrera criminal y sus vivencias en la cárcel. Una miniserie con la que el protagonista espera ingresar varios millones de dólares.
