Un estimulador genital fosilizado que equivaldría al tamaño del clítoris de los saurios de mayor tamaño ha sido descubierto esta semana en el suroeste de Francia, donde desde 2010 se han desenterrado restos de algunos de los animales más grandes que jamás hayan existido en la Tierra. «No hay ninguna duda de que este artilugio era un succionador de clítoris de hace 140 millones de años y que estos enormes reptiles se abandonaron al placer, descuidando su labor reproductiva hasta que murieron todos», explica Paula Tournepiche, conservadora del Museo de Angulema.
Las evidencias muestran que hacia el final del cretácico las hembras estaban menos interesadas en aparearse y ponían menos huevos al tiempo que iban desplazando su hábitat a cuevas oscuras donde estar a solas. «Las reptiles se volvieron adictas al orgasmo y perdieron el interés por relacionarse con otros miembros de su especie”, explica Tournepiche.
«Nuestras antropólogas quieren hacer algunas comprobaciones con el fósil, por lo que aún tardaremos en poder exhibirlo en el museo», ha dicho Tournepiche respecto a su descubrimiento.
Todo parece indicar, según Tournepiche, que la trayectoria de las especies que dominan la Tierra es similar y que la humanidad ha iniciado ahora la misma fase en la que entraron los dinosaurios.
