Una investigación realizada en conjunto por la Universidad de Minnesota y la Universidad Estatal de Nueva York ha confirmado esta semana que las personas de letras llevan años haciendo mal la postura sexual del 69. Las dificultades para calcular la posición correcta del cuerpo suelen traducirse en agujetas, contracturas y, eso sí, culminan normalmente con orgasmos maravillosamente fingidos gracias a la elección en el colegio de la asignatura de arte dramático.
«Los voluntarios encuestados han acabado confesando que cuentan con los dedos, lo que mantiene sus manos ocupadas en esta tarea en vez de dedicarse a la estimulación física. La cosa tampoco mejora si recurren a la calculadora, que muchas veces guardan en el mismo cajón en el que esconden los juguetes sexuales. Cuando creen que están haciendo el 69, normalmente adoptan posturas que no llegan ni al 52’5, disposiciones realmente torpes, ridículas y en absoluto eróticas», reza el informe.
Por si esto fuera poco, muchos de los amantes de letras son también ateos, por lo que la postura del misionero acaba siendo «una especie de farsa cínica y con una entrega simulada, sin verdadera fe en la propia capacidad de llegar al clímax».
