“He estado haciendo el primo”. Con estas palabras confesaba hoy el actor Dani Rovira su intención de dejar la interpretación para pasarse al sector del taxi, “donde se gana mucho más, dónde va a parar”. Lo ha anunciado en la presentación de la película “Taxi a Gibraltar”, que se estrena hoy, y en la que conduce un taxi que le habría reportado más ingresos que el propio caché.
Los productores de la última comedia del actor malagueño quisieron ser fieles a la realidad y, por este motivo, recurrieron a un taxi equipado con su taxímetro y su tarifado oficial. Rovira se dio cuenta entonces de que la carrera que había hecho para grabar la película era superior a lo que iba a cobrar como actor.
“Me dedicaba a la interpretación para llegar a la gente, para tener el cariño de los españoles, y eso lo puedo conseguir igualmente dedicándome al taxi”, argumenta Rovira. Cree también que el público del cine español es más exigente que el cliente del taxi: “Si un taxista no vocaliza no pasa nada, pero si un actor susurra lo ponen a parir”, dice.
Rovira espera que su carrera como actor quede reducida a una anécdota al lado de las carreras que le esperan como taxista. Un objetivo, eso sí, que dependerá de que el actor encuentre la financiación para pagar la licencia. “Este es el tema más complicado, estoy hablando con mi agente para ver si sacamos algún patrocinador”, reconoce.
