La Asociación Madrileña de Empresarios de la Restauración ha emitido esta mañana un comunicado anunciando que los bares madrileños cumplirán finalmente la amenaza de cobrar todas las tapas que han estado regalando a sus clientes desde tiempos inmemoriales. Una medida, además, que tendrá carácter retroactivo, pues facturarán las tapas servidas desde 1960.
«La gente ya no agradece el detalle, lo dan por hecho cuando en realidad es un acto de generosidad. Se acabó, no están los tiempos para derroches, menos aún si no se aprecian», sentencia la entidad.
«Son incapaces de recordar si has pedido cerveza con o sin alcohol pero se acuerdan de todas las tapas que te han estado sirviendo desde hace más de cuarenta años, a esto lo llamo yo memoria selectiva», se quejaba esta mañana uno de los afectados, que lleva consumiendo en el mismo bar de Móstoles desde que le llevaba su padre, ya fallecido, cuando él era pequeño. A este respecto, los restauradores señalan que las deudas de los clientes que hayan muerto «pasarán naturalmente a sus herederos».
«Esta tapa de bravas que me acaban de servir no sé si es también de los sesenta, porque está incomible, y si hay que pagarla la pagaré en pesetas», protestaba otro afectado, escondiendo el palillo para los dientes «porque lo he cogido de la barra y son capaces de cobrármelo también».
La asociación calcula que cada madrileño debe a los bares una media de 15.000 euros, una cantidad que podría aumentar si se decide también cobrar las veces que los clientes han ido al baño.
