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Diez consejos para amueblar tu sitio en la playa

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El sitio que elegimos en la playa es muy importante porque es el lugar en el que más tiempo vamos a pasar durante los meses de verano. Amueblarlo para sentirnos cómodos es capital para disfrutar de las vacaciones. A continuación te damos unos consejos para que tu sitio en la arena sea el mejor de la playa.

Mide bien el sitio antes de comprar las toallas y la sombrilla. Si puedes, lleva siempre contigo las medidas, ya que tal vez encuentres las toallas y la sombrilla ideales cuando estés paseando por la ciudad. Si no puedes llevar las medidas encima porque vistes ropa de verano, no te preocupes, puedes ir gritando las medidas hasta que encuentres las toallas y la sombrilla perfectas.

Divide tu sitio en habitaciones. Es muy importante crear diferentes espacios para no agobiarse. Las toallas en el suelo pueden hacer de habitación principal. La sombrilla clavada en la arena dividirá el salón de la habitación. La abuela sentada en la silla de playa a la sombra será la cocina. El bañador mojado del niño tirado en la arena indicará el baño.

Aprovecha cuando los de la sombrilla de al lado se vayan al agua para robarles unos metros de arena. Si eres rápido, puedes conseguir aumentar tu sitio lo suficiente para estar más holgado y relajado. En las playas, debido a la ausencia de obstáculos, el viento suele soplar con más fuerza de lo normal. Así que, cuando los de la sombrilla de al lado vuelvan del agua, en lugar de pensar que has pateado todas sus cosas, creerán que éstas han sido desplazadas por el viento.

Utiliza un alargo de 7500 metros para poder enchufar tu nevera, tu televisión y tu ordenador portátil. Lo más importante de las vacaciones es sentirse cómodo, y para sentirse cómodo se necesita electricidad. Desgraciadamente, en la gran mayoría de playas todavía no tienen enchufes, por lo que lo mejor es traerte tu propia corriente de casa.

Intenta hacerte con la silla del socorrista. Si alguien tiene una posición privilegiada en una playa, ese es el socorrista. Por suerte, los socorristas son trabajadores poco cualificados con condiciones laborales precarias. Acércate a él y ofrécele una cantidad de dinero a cambio de su silla. No será complicado convencerlo. Una vez tengas la silla, colócala en la zona que robaste a los de la sombrilla de al lado. Enseguida podrás tener acceso a unas vistas privilegiadas.

Utiliza las palas y los rastrillos de los niños para cavar una fosa que rodee tu sitio para que nadie se acerque. Las vacaciones son para desconectar, para relajarse, por eso es clave que tu sitio en la playa te ofrezca cierta tranquilidad. Si haces la fosa lo suficientemente profunda, nadie se atreverá a acercarse a tu sitio y podrás proteger tu silla de socorrista. Si todavía te sobran fuerzas, también puedes aprovechar para hacer un gran agujero que utilizar de pozo negro.

Tala un árbol y construye una barrera de madera alrededor de tu sitio para evitar que nadie te vea. En ocasiones, mantener a la gente alejada no es suficiente para poder disfrutar de las vacaciones como te mereces. Si clavas el número conveniente de lanzas de madera en la arena y rodeas con ellas tu sitio, podrás disponer de una privacidad única respecto al resto de visitantes y hacer lo que quieras en todo momento.

Utiliza la arena de la playa para hacer hormigón y levanta paredes a los lados. La barrera de madera evita que los curiosos te miren, pero no te aísla de los rayos del sol y del viento. Si levantas paredes de hormigón a los lados de tu sitio en la playa, podrás empezar a gozar de ésta como si estuvieras en tu propia casa. Si quieres, también puedes utilizar el hormigón sobrante para tapar la arena y conseguir un suelo más firme.

Coloca una placa de uralita a modo de techo. Pide ayuda a los de la sombrilla de al lado si es necesario. Tírales una cuerda para que puedan acceder a tu sitio a través de la fosa que has cavado. Aprovecha las paredes de hormigón y la silla del socorrista para posicionar la placa, después utiliza las astillas de la madera para apuntalar bien la uralita y que el viento no se la lleve. Cuando acabes añade un buen aislante a las paredes y al techo para protegerte del sonido del mar y escuchar bien la tele.

Instala una alarma para cuando no estés. Desafortunadamente, en las vacaciones de verano no todo es estar disfrutando en la playa, a veces hay que salir a comprar comida o realizar algún trámite burocrático, como empadronarte en la casa que acabas de construirte en la propia playa. Por eso recomendamos que instales una alarma para que tu nuevo hogar esté protegido siempre y que nadie te robe fastidiándote las vacaciones.

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