Consciente de que sus deberes como abuela le obligan a estar disponible las 24 horas al día repartiendo rosquillas, Antonia Trashorras, de Cuenca, ha adquirido recientemente un monociclo eléctrico a fin de poder sortear el tráfico y acercarse a los domicilios de sus nietos en menos de 30 minutos. “Tengo el compromiso de que, si mis rosquillas tardan más de 30 minutos en llegar, no hay beso para la yaya”, explica la mujer.
Según han podido saber los periodistas, la anciana ha optado por usar el monociclo, que adquirió en Media Markt, “porque es como una rosquilla motorizada y a nivel de branding me favorece mucho”. Tal y como ha explicado, en un primer momento optó por los drones no tripulados para repartir sus meriendas, pero ahora prefiere desplazarse en persona “para poder pellizar a mis nietos y generar más engagement entre mi target”.
“Si mis nietos me piden una tortilla de patatas de las de la abuela, tardo menos de 15 minutos en plantarme en su casa con una fiambrera”, explica Trashorras, admitiendo que “a día de hoy es importantísimo para una abuela invertir en I+D”, como ha hecho ella.
Trashorras no descarta, para 2016, continuar con su plan de expansión y empezar a repartir rosquillas también entre los nietos de sus amigas. “Quiero internacionalizarme y estar presente en unos 250 puntos de la geografía española, todo a bordo del monociclo”, concluye.