Con la única intención de mostrarse ante los demás como un cazador y no como un asustadizo animalillo que consume carroña, un homínido debilucho del Paleolítico Superior se ha representado a sí mismo con un vigoroso pene y como un eficiente cazador de bisontes, según han informado fuentes del período Solutrense.
Su idea es, según dice, “parecer más hombretón y más evolucionado ante las hembras y quizá ante generaciones posteriores” y «trolear un poco».
“Entrarán chatis a la cueva, verán en el muro este retrato rupestre que no se corresponde con la realidad pero sentirán interés por mí y, una vez me conozcan en persona, intentaré embaucarlas con mi primitivo uso del lenguaje y quizá montarlas por detrás como un animal”, ha declarado el hombrecillo, apenas humano.
«Ni yo ni ningún hombre que conozca hemos cazado jamás bisontes, ¿estás de broma? Pero mola que la peña crea que sí”, ha añadido.
Según defiende, él también ha visto retratos de hembras “con grandes pechos y caderas que parecen diosas de la fertilidad” que poco o nada se corresponden con “el manojo de huesos sin depilar que te encuentras luego”.
Al cierre de la edición, fuentes del Paleolítico Superior han informado que el débil hombrecillo desnutrido ha decidido dejar en el muro una silueta de su mano “como si tuviera pulgar oponible, para que piensen que ya puedo manejar herramientas y he desarrollado algún tipo de pensamiento abstracto, cuando lo único que quiero es follar”.
