Asumiendo de repente que no tiene nada pensado, la ruedecilla superior izquierda de un carrito de hipermercado ha entrado en pánico esta mañana al comprobar que solo le faltan tres turnos para desempeñar su función y todavía no sabe hacia qué lado va a desviar el carro hoy.
“Ya lo desvié a la izquierda ayer y a la derecha anteayer. ¿Qué cojones hago hoy?”, ha declarado, según han informado fuentes cercanas al dispensador de carros de un Carrefour de Madrid.
“Vamos, vamos, piensa, piensa”, se ha dicho a sí misma, lamentando que siempre tenga que ser ella la que aporte “un toque personal” a la experiencia de empujar el carro y que las otras tres ruedas se limiten a dejarse llevar. “Para hoy busco algo original, ¿pero el qué?”, se ha preguntado consciente de que, probablemente, en menos de dos minutos será su turno.
“La rutina me está comiendo la creatividad”, ha añadido, asegurando que está “vacía de inspiración”. “Ya me toca, ya me toca, mierda, joder, ¿qué hago? ¿Repito lo de ayer?”, ha exclamado.
“Si quiero hacer que la compra resulte realmente única e inolvidable, no me puedo conformar con desviar el carro un poco y hacerlo chocar contra la nevera del embutido”, ha dicho mientras se estrujaba la mente en busca de ideas originales y confiando en que se le ocurrirá algo “en el último momento, como siempre”.
Al cierre de la edición, la prensa ha podido saber que, en cuanto el cliente ha empezado a empujar el carrito, la rueda ya tenía claro que recurriría a una original combinación de “vuelta, vuelta, punta, punta, torbellino con tirabuzón para rematar en freno con derrape y caída”.
