La Asamblea General Electoral de la CEOE ha reelegido a Juan Rosell en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid como presidente durante los próximos cuatro años. Para celebrarlo, los empresarios han lanzado a 500 empleados al aire y otros tantos han sido devueltos al río.
Tras conocer su reelección, Rosell ha pronunciado un discurso en el que ha señalado que «no todo vale en ningún campo de la vida y especialmente en el campo empresarial». Ha hecho un llamamiento a recuperar la ética empresarial e incluso ha recurrido a una cita de los escolásticos, «nulla ethica sine aesthetica», para reforzar la idea mientras agarraba a un becario por el cuello y lo levantaba para darle un beso en la frente.
«Los empresarios debemos ayudarnos mútuamente a llegar lo más alto posible y por eso hemos cedido hoy gran parte de nuestras plantillas para simbolizar en este acto la sana ambición que nos une y que enriquece la sociedad», ha insistido el presidente mientras los primeros empleados tomaban tierra e intentaban recuperarse con dificultad.
Incluso el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi, que ha disputado la presidencia a Rosell hasta el último momento, ha admitido que «esta fiesta es increíble y deberíamos juntarnos más para hacer cosas de estas aunque no haya nada concreto que celebrar». «Cuidado, cuidado que va», ha agregado el empresario justo antes de lanzar a su secretaria de dirección, que se ha quedado pegada al techo.
Tras el acto simbólico de lanzamiento de empleados, los miembros de la patronal han intercambiado consejos sobre cómo cuidar a sus asalariados para que se mantengan sanos, fuertes y rentables.
