Unos excursionistas han dado la voz de alarma esta mañana: Alex Murphy, el policía robotizado de Detroit, ha aparecido desmantelado y abandonado en la cuneta de una carretera después de que, como él mismo ha explicado, unos gitanos armados con unas tuberías de plomo le arrancaran todas las partes de metal para venderlas como chatarra.
“Me engañaron”, ha reconocido el agente Alex Murphy. El policía acudió a un solar a atender una llamada anónima de socorro para encontrarse con un hombre de etnia gitana que le dijo: “Payo, qué traje táctico tan guapo llevas, ¿me lo dejas? Déjamelo un momento, que no te voy a hacer nada”. Al negarse a prestarle el cuerpo, el hombre se hizo el ofendido “y llamó como a treinta primos suyos, que empezaron a pegarme con unos palos mientras me llamaban ‘payo robot’”.
“Me han despiezado y apenas queda ya nada de mí”, ha lamentado el agente.
Aparentemente, el policía, mitad humano mitad robot, no pudo hacer nada contra los golpes que empezó a recibir por todas partes. “Eran muy rápidos y no me dio tiempo ni siquiera a desenfundar mi NI-408 porque, cuando fui a echar mano, ya me habían quitado la pierna y estaban desmembrándola encima de un carrito de supermercado”, ha explicado.
OmniCorp, la corporación armamentística que hizo posible resucitar al agente Alex Murphy para convertirlo en un superpolicía mecanizado, ha reconocido a los periodistas que, actualmente, carece de fondos para volver a construir el cuerpo de Robocop. «Por ahora, conectaremos las partes orgánicas que quedan de Murphy a una Thermomix y que se haga chef estrella o algo”, han avanzado fuentes de la compañía.
