Representantes sindicales de los bebés de la fotógrafa Anne Geddes han comunicado esta mañana que la empresa plantea un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con 86 bebés afectados por la decisión de «externalizar bebés modelos» para las sesiones fotográficas en calabazas que han hecho famosa a la fotógrafa.
Esa cifra supone el 45% de la plantilla actual de bebés, compuesta por casi 190 niños, algunos de los cuales llevan más de dos décadas posando para Geddes. En 2011 ya se acometió otro ERE que afectó a 100 empleados, 34 por prejubilaciones.
Según las mismas fuentes, desde la empresa de Geddes han explicado la necesidad de adecuar su situación para afrontar su «problema económico» -cerró 2013 con pérdidas- tras la «importante bajada de la producción de pocholadas».
Sin embargo, Jacinto González, de 53 años, lleva trabajando para Geddes desde los inicios y lamenta que se intente prescindir de «bebés con mucha experiencia que se han mantenido fieles a la empresa pese a haber recibido sustanciosas ofertas en el pasado» y desconfía de las condiciones del ERE.
«¿Quién va a querer contratar a un bebé de mi edad?», lamenta un recién nacido de 53 años
«Lo que ocurre es que se está empezando a contratar a bebés en prácticas con la excusa de que son bebés y necesitan promocionarse», lamenta Jacinto, que ha atendido a la prensa esta mañana disfrazado de abeja, su uniforme de trabajo.
Geddes no ha atendido a los medios pero fuentes de la empresa han señalado que se está haciendo todo lo posible «por buscar una solución que garantice el futuro de la casa y mantenga el máximo empleo posible» aunque todavía no se ha hablado de indemnizaciones.
Geddes intentó superar la crisis trabajando para la revista «Metal Hammer»
Las mismas fuentes sindicales apuntan a la mala gestión de Geddes como la responsable de la mala situación financiera de la empresa. «Intentó capear el temporal trabajando para la revista ‘Metal Hamer’ pero fotografiaba a los jebis con su estilo: dentro de calabazas gigantes, dormiditos o simulando ser abejitas recolectoras en flores de seda», explican las fuentes.
Al parecer, Geddes tuvo que compensar económicamente a la revista después de que ésta perdiera al 40% de los lectores por culpa de los retratos de estética naïf de la fotógrafa.
