Hasta hace unos días, la mujer empleaba el trueque para poder llevar a cabo sus transacciones comerciales, evitando así la moneda única. “Al principio aún me admitían las pesetas, pero desde hace unos años lo que hago es intercambiar las cosas por tapetes de ganchillo que hago yo misma. Y, francamente, mi economía ha ido muy bien, apenas he notado la crisis. Creo que el euro es una moneda mucho más débil que los tapetes, que siempre gustan y siempre visten cualquier mesita o cualquier televisor”, explica. El gesto de Dolores ha sido visto por el Gobierno como un síntoma de que, realmente, las previsiones respecto a la crisis son buenas.
Dolores Martínez, sin embargo, confiesa que ha adoptado la moneda europea principalmente porque su marido empezó a usarla el año pasado. “Lo hizo para llevarme la contraria y porque dice que está harto de mis tapetes. Y claro, con tanto cambio de divisa entre tapetes y papel moneda, teníamos una inflación del carajo y así no hay quien se aclare”, reconoce.
Algunos analistas opinan que Dolores ha decidido prescindir de los tapetes de ganchillo como moneda porque eran éstos los que se estaban devaluando. Ello podría deberse al hecho de que en Murcia están creciendo las ventas de televisores con pantalla plana, incompatibles con los tapetes de ganchillo que ofrece la mujer.
