Andrés U. alegó que sufre ansiedad especialmente cuando debe emprender viajes largos y, siguiendo el consejo de su psicoanalista, decidió focalizar su atención en una tarea que le ayudara a evadirse. «Me dijo que hiciese footing cuando fuese posible y, cuando no, que optara por lo otro. Ni siquiera tenía ganas, pero no podía con los nervios», admitió el pasajero al cabo de unas horas y tras superar el shock inicial que le supuso ser descubierto en mitad del acto masturbatorio y, luego, ser tratado «como un terrorista».
Un portavoz de Renfe ha declarado ante los medios que la actitud de la tripulación «fue la correcta en pos de la seguridad» aunque cree que «el pasajero debería haber sido tratado con un poco más de delicadeza una vez fue descubierto en una situación tan humillante». Algunos tripulantes argumentan que estaban asustados ante un comportamiento tan extraño. «Nos parecía imposible que alguien tuviera tan poca imaginación y necesitara la revista menos sensual que conozco para excitarse. Incluso de ‘Plumas y estilográficas’ puede uno sacar punta, pero hacerlo con fotos de calles de Calatayud es meritorio» apunta una azafata que llamó al psicoanalista del pasajero «porque él temblaba tanto que ni siquiera era capaz de marcar». El especialista confirmó la coartada de Andrés y, como tampoco se hallaron evidencias de que éste estuviera preparando un atentado, se le permitió regresar a su asiento.
El ejemplar de la revista Paisajes fue puesto a la venta en Internet en poco más de cuatro horas siendo descrito como «el icono pajillero del siglo XXI».
