Arturo Goyanes, presidente de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT), ha emitido hoy un comunicado en el que, en nombre de sus representados, asegura que «el chollo de tener un trabajo temporal peligra en tiempos de crisis porque la tendencia no es otra que quedarse en el paro». Goyanes afirma que «la época de las vacas gordas, de los contratos temporales y de ir cambiando de empresa como quien hace zapping en la tele ya es cosa del pasado».
La intención de la AGETT no es otra que «motivar a esos jóvenes universitarios para que dejen de confiar en que les solucionaremos la papeleta. Para nosotros sería lo más fácil, pero no queremos caer en un paternalismo irresponsable y perjudicial para todos a medio y largo plazo». La nota concluye apelando a una «precariedad responsable» y adelanta la inminente puesta en marcha de una campaña mediática que, con el lema «Mueve el buyate», instará a los trabajadores sin contrato fijo «a espabilar un poco, que ya va siendo hora».
La advertencia ha sido recibida con frialdad entre la población, aunque son muchos los que admiten cierta falta de motivación debida, en parte, al contexto de depresión económica. «Ya me gustaría tener un contrato temporal, pero es que ni siquiera trabajo con contrato. Conseguí hace años un contrato mercantil por el que trabajaba como si estuviera en plantilla y pagando autónomos. Pero eso era cuando todo iba bien. Ahora reconozco que imprimo modelos de contrato en Internet, los firmo y finjo que son reales», confiesa un joven periodista. A este «idealismo bobalicón» alude, precisamente, el portavoz de las ETT: «Si el tiempo que dedicamos a pensar en un contrato fijo lo empleáramos trabajando a tope, quizá las cosas irían de otra manera», declara.
El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ha tildado de «crudo pero acertado» el comunicado de la AGETT, y ha asegurado que «este toque de atención debe animarnos a todos y no hay tampoco razones para el alarmismo: habrá trabajo temporal para rato porque siempre hay algo que hacer en esta vida más allá de perder el tiempo en Internet y en el botellón».
