Mahmud Ahmadineyad, presidente de la República Islámica de Irán, ha anunciado esta mañana su intención de permitir próximamente en su país la celebración de funerales homosexuales. La decisión, que Ahmadineyad ha presentado como un «sacrificio en pos de la convivencia», se ha interpretado desde la ONU como una sutil maniobra para fomentar en los homosexuales las ganas de dejar este mundo.
«Yo prefiero que los hombres mueran como hombres, pero también es cierto que no me importa lo que hagan los gays bajo tierra, al menos mientras no tengamos metro» asegura el mandatario, quien ha advertido también que no tolerará las fosas comunes masculinas «porque una cosa es celebrar un funeral y otra muy distinta practicar orgías postmortem». Cuando se haga efectiva la medida, aquellos homosexuales iraníes que deseen practicar un funeral gay deberán apuntarse a unas listas con el fin de que las autoridades «les vayan a buscar cuando esté todo preparado».
Ahmadineyad ha insistido en que se priorizarán los funerales multitudinarios «porque sabemos que a ellos les gusta hacerlo todo juntos y a nosotros nos interesa matar varios pájaros gays de un tiro».
Frente a los recelos de la comunidad internacional, el presidente ha asegurado que los funerales gays son un avance social que, en su opinión, atraerá a homosexuales de todo el mundo dispuestos a dejar su muerte en manos de los iraníes. «Pronto cientos de personas recorrerán el mundo para venir aquí a morir en tanga», ha asegurado con orgullo.
