Brown ya está instalado en Madrid realizando los preparativos de su gira que recorrerá todas las oficinas españolas del INEM. «Ah, por qué tudo é tão triste? Ah, a beleza que existe. A beleza que não é só minha. Que também passa sozinha» afirma el cantante entre el retumbar de los timbales y las panderetas.
Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz del PP en el Congreso, ha advertido que la medida puede tener un efecto llamada que «en vez de suavizar las cosas, las agrave. Puede que muchos fuercen su despido al saber que así podrán oír de cerca los tambores de Carlinhos Brown, y seguro que espontáneos que no están en el paro se añadirán a las colas, saturando aún más las oficinas. Estamos hablando de lo mejor que ha dado Brasil desde la escritora Clarice Lispector». Los temores expresados por la portavoz de los populares se basan en un antecedente claro: en marzo del año pasado, un australiano se empotró seis veces con su coche contra el muro de la residencia de Paul McCartney con la vana esperanza de que el cantante acudiera en su ayuda. «Hay riesgos, por supuesto, pero es innegable que la medida es un regalo para todos los españoles en el paro. No es fácil asistir en directo a un espectáculo del brasileño. La experiencia más parecida a eso sería meter la cabeza dentro de una tuneladora, y no hay color» ha replicado Corbacho.
