Kike García. ¿Pensar que tiene el Oscar al alcance de la mano le ha quitado el sueño?
Penélope Cruz. Para nada, concentro todas mis energías en mi castillo. Me levanto pensando en el castillo, me acuesto pensando en el castillo. Apenas me acuerdo del Oscar. Como mucho, pienso en dónde voy a ponerlo, quizá en la sala del trono encima de la tele.
KG. ¿Un castillo?
PC. Sí, un castillo. Un castillo enorme con almenas, torres blancas, un puente levadizo, un foso con aguas turbias… Mi madre me está cosiendo los estandartes. Es como un rompecabezas enorme, vas haciendo las pequeñas piezas: las torretas, las mazmorras, etcétera. Luego lo juntas todo. Además, me gusta improvisar sobre la marcha.
KG. ¿Cuáles son las inquietudes que se le plantean de cara a los Oscar?
PC. Ahora mismo, mi mayor preocupación son las ventanas de estilo ojival de la torre del homenaje. Ya sabe, a lo gótico. Son complejas, vas siguiendo el contorno de la ventana pero cuando los sillares empiezan a estar bocabajo se caen.
Intento que mi castillo sea medieval y ecofriendly
KG. Volviendo a los Oscar, ¿cree que sin Kate Winslet tiene más posibilidades de ganar?
PC. Kate y yo somos muy amigas. Aunque ella es inglesa, sabe apreciar mi trabajo. De hecho fue ella la que me convenció de las ventajas que ofrecen las torres redondas frente a las cuadradas: mejor defensa contra los arietes, mejor campo de tiro y un uso más eficiente de la piedra. No está de más ahorrar recursos. Intento que mi castillo sea ecofriendly. Medieval y ecofriendly.
KG. ¿Será merecido este premio si se lo dan? ¿No cree que ha tenido papeles superiores a lo largo de su trayectoria?
PC. Procuro centrarme en el trabajo del día a día. En el castillo, por ejemplo, todas las piedras se subieron a mano, de una en una. Lo duro fueron las vigas de hierro, claro. Intento hacerlo muy auténtico, pero no puedo dar la espalda a la tecnología. Se ha avanzado muchísimo en los últimos quince siglos. Sí, hubiera sido muy fácil comprar una pequeña casa de hormigón prefabricado y luego rebozarla con adobe para darle ese toque rústico. Algunos lo hacen así, pero yo no lo recomiendo. Hice así la sala de armas y ahora tiene humedad. Tendré que echarla abajo. Trabajo, trabajo y trabajo, no hay más. Es mi secreto. Luego, los banderines que pongas en las torretas es lo de menos, lo importante es haber hecho la torreta.
KG. Volviendo a su carrera, cuando decidió ser actriz, ¿pensó que iba a llegar hasta Hollywood? ¿Lo había planeado? ¿Era su sueño?
PC. Mire, eso es como con el castillo, que empezó con las vigas. Una empresa cerró y me enteré que vendían vigas a precio de saldo. Alquilé un camión e hice tres viajes. De pronto me vi con quince toneladas de vigas y sin saber qué hacer con ellas. Y una noche surgió lo de hacer un castillo. Ya digo, me gusta improvisar, nunca sé dónde me va a llevar la vida igual que no sé cuándo voy a dejar de añadir pisos a una torre vigía. Yo soy así. Aunque reconozco que a veces pienso que ojalá no me hubiera enterado de aquella oferta.
A pesar de tanto trabajo, el castillo aún no está terminado. Siguen faltando el patio de armas, la barbacana y el puente levadizo. Cruz está esperando treinta y dos toneladas de piedra de una cantera de Oregón. Cuando lleguen, planea construir una pequeña capilla que conectará con el edificio principal a través una pequeña muralla almenada con matacanes.
