El primer día del Mobile World Congress celebrado en Barcelona se ha convertido en un caos por culpa de un fallo de la organización, que sólo ha dispuesto un enchufe en las instalaciones de la Fira de Barcelona.
A media mañana, se podía ver a numerosos ejecutivos de las grandes compañías de telefonía buscando en los zócalos de las paredes algún enchufe en el que poder recargar sus dispositivos móviles. Algunos han llegado a salir del recinto para llamar a porterías de inmuebles cercanos con la esperanza de que algún vecino les dejara enchufar el teléfono durante media hora.
El propio creador de Facebook, Mark Zuckerberg, ha tenido que hacer cola durante más de cuatro horas para poner a cargar su móvil. Frente a él, los consejeros delegados de Samsung, Sony y Huawei se acusaban mútuamente de haberse colado.
A primera hora de la tarde, el ejecutivo de LG, Jo Seong-jin, ha requerido asistencia médica al electrocutarse mientras intentaba desconectar con las manos mojadas el secador del manos del lavabo para enchufar el «smartphone» en su lugar.
«Señores, es un honor presentarles el nuevo Galaxy S7, con una cámara revolucionaria y mayor autonomía. Tengan la bondad de esperar veinte minutitos, que me lo están cargando, y se lo enseño», ha dicho un directivo de Samsung intentando salvar los muebles.
Tras la desagradable experiencia, los organizadores del evento han prometido que mañana «habrá como mínimo dos regletas de seis listas para abastecer a todo el mundo».