El fabricante de sistemas de navegación para automóviles TomTom no venderá sus dispositivos a los profesionales del taxi.
La marca argumenta que «aprenderse las calles es su puto trabajo» y propone a los taxistas que paguen un sueldo a los navegadores si realmente desean delegar sus tareas.
La decisión la tomó el máximo responsable de la compañía, Tom Thomas, después de un trayecto en taxi desde el aeropuerto de Madrid que le costó 46 euros y en el que fue uno de sus navegadores el que guió al conductor en todo momento.
«Yo he creado este dispositivo y ahora te tengo que pagar a ti por utilizarlo. ¿Estamos tontos?», argumentó el ejecutivo. El taxista no pudo escuchar sus lamentos porque Radio Marca estaba muy alta.
El gremio del taxi, sin embargo, critica el bajo nivel de la clientela. «Tenemos que usar GPS porque la gente no sabe cómo se va a los sitios ni te dice por qué camino quiere ir ni nada. Es muy fácil quedarse sentado y esperar que sea el taxista el que te saque las castañas del fuego», se queja uno de los profesionales. «Y si llevan maletita, te toca salir del puto coche y levantarla», añade.
«¿Qué coño quieren que hagamos? ¿Que volvamos al antiguo sistema de ir dejando migas de pan en la calzada para no perdernos?», insisten los taxistas.
Desde el anuncio de TomTom, difundido esta mañana, los navegadores instalados en los taxis han empezado a dirigir a todos los taxistas a oficinas turísticas «en las que podrán comprar guías de la ciudad y estudiárselas de una maldita vez».
