En una muestra de infinita magnanimidad, Tonino Sacristán, un ciudadano de Alicante, ha decidido abrir a un cartero comercial que le ha llamado al portero automático esta mañana, según han confirmado fuentes cercanas a su domicilio.
“¿Quién?”, ha preguntado con un aullido de trueno este alicantino de 54 años para que la voz temblorosa de un escuálido mortal le contestara “correo comercial” al otro lado del telefonillo, con nulas esperanzas de que sus súplicas fueran atendidas.
Y entonces, según comentan las fuentes, tras valorarlo un segundo y mostrando una magnanimidad antes desconocida para el hombre, Tonino, grande entre los grandes, un mesías, ha desplazado su dedo cargado de gracia hasta el botón que ha permitido pasar al portal al pobre repartidor. «Venga, va, ábrele, Tonino», se ha dicho a sí mismo este ángel en la tierra.
«Probablemente, el cartero comercial sea un inmigrante que llevaba meses sin recibir una muestra de afecto de tales características”, ha pensado Sacristán, según han informado las fuentes.
Tras la gloriosa caridad mostrada por Tonino Sacristán, cuya legendaria benevolencia le permitirá mirar a Dios como un igual, el cartero comercial se ha visto obligado a llenarle el buzón de vales descuento como ofrenda y agradecimiento.
