Tan solo cinco días después de la muerte de Emilio Botín, ayer domingo murió otro que tal.
Ha muerto otro que suma y sigue
A los 79 años de edad, y a causa de una crisis cardíaca inesperada, falleció uno de los empresarios más significativos de España, otro que vaya tela también. «Otro prenda», según han declarado diversos analistas.
Emprendedor de éxito y considerado uno de los grandes expertos españoles en distribución comercial de España, era un hombre reservado y extremadamente discreto que fue capaz de convertir una empresa familiar en un imperio. «Pues eso: que la ha palmado otro que mejor me callo», reiteran los analistas.
Respetado por sus amigos y temido por sus enemigos, apenas tenía 18 años cuando entró a trabajar en la empresa familiar, comenzando desde abajo y escalando posiciones «y hasta aquí podemos leer y mejor nos callamos porque vaya dos», han insistido los analistas.
«No veas con la parejita», han informado finalmente los analistas mirando al infinito y suspirando.