El papa Francisco fue visto ayer en el restaurante de lujo «La Terrazza dell’Eden» comiendo «como un animal», en palabras de uno de los comensales. La indiscreción de la clientela no tardó en levantar la polémica, que la Santa Sede se ha apresurado a calmar dando más datos sobre el almuerzo del santo padre.
«¿Te vas a terminar esto?», preguntó el Altísimo
Según ha informado hoy el Vaticano, Francisco I celebró una comida de trabajo con Dios Nuestro Señor en el marco de las reuniones bilaterales que se vienen organizando periódicamente desde que el sumo pontífice está al mando de la Iglesia. «Es normal que el Señor quiera saber cómo van las cosas por aquí y yo le paso informes verbales puntualmente. También es lógico hacerlo a la hora de la comida, cuando ambos tenemos la agenda más despejada», explica el propio Bergoglio.
«¿Por qué creen ustedes que utilizamos la expresión ‘comer como Dios’ para referirnos a un buen ágape?», preguntó el papa, dando a entender que el Señor es de buen comer. «Yo apenas comí una ensalada», insiste, pese a que varias fuentes de local han confirmado que la comanda incluía tres menús degustación y dos botellas de vino valoradas en más de 200 euros.
«Todo esto lo paso yo como gasto porque es una comida de trabajo», confesó Bergoglio, que pagó con la tarjeta Visa Oro del Vaticano en vez de utilizar la habitual Visa Incienso, que es de débito.
El santo padre ha explicado también que el almuerzo fue «un agradable encuentro» en el que se habló «de lo divino y lo humano, como es natural». Algunos camareros han revelado que, tras pagar la cuenta, el papa se encerró en el baño para vomitar «después de haberse puesto como el culo, diga lo que diga».
Al cierre de la edición se ha podido saber que ni el papa ni el Señor bendijeron la mesa «porque no tenía sentido que Dios se diera las gracias a sí mismo por los alimentos».
