A las once y media del pasado domingo, un fallo en la alineación de Marte con Mercurio y Júpiter provocó la caída generalizada del servicio de predicción del horóscopo, afectando a la totalidad de los aries tanto en Europa como en Estados Unidos. En unas horas, Mayra Oscureile, responsable del servicio en Latinoamérica, confirmaba oficialmente que la caída del servicio afectaba también a América del Sur: «Estamos al tanto de que hay usuarios en Europa, Oriente Medio y África, India, Brasil, Chile y Argentina que están experimentando retrasos en los servicios de predicción. Estamos trabajando para restablecer la normalidad del servicio. Pedimos disculpas por cualquier inconveniente que esto haya podido ocasionar».
Aunque las pitonisas europeas ya han empezado a recibir de nuevo algunas pistas sobre el amor y el dinero, el tráfico de datos es muy lento y no es posible garantizar la fiabilidad de las informaciones concernientes a este signo zodiacal. «Si tienen que tomar decisiones importantes, recomendamos que esperen a que se recupere del todo el servicio», declara Oscureile.
Más de 24 horas después desde la primera caída, los parapsicólogos ya han detectado el fallo, aunque no saben cuándo podrán resolverlo definitivamente. Su explicación técnica del error es la siguiente: el problema se debió a la saturación de la energía cósmica en el momento de la alineación planetaria y a un error en el conmutador Xi-Gorladias que tenía que derivar en ese momento los datos a un arcano adicional o Bi-Jenoflexos. Ese problema ya está solventado, pero no sus consecuencias: el tapón producido por los miles de datos acumulados sigue saturando la recepción de predicciones.
Nadie lo vio venir
El fallo a gran escala ha provocado la indignación de los usuarios, que critican a través de las redes sociales que los adivinos no fueran capaces de adelantarse a los acontecimientos. Aunque los expertos aseguran que la red de predicciones soporta altas exigencias técnicas ya que el tráfico va cifrado para garantizar la privacidad del cliente, una pitonisa inglesa ha explicado a The Guardian que el sistema tiene una arquitectura anticuada y presenta problemas de escalabilidad. «Esto es un toque de atención. O renovamos la infraestructura de predicción de datos o nos exponemos a fallos de mayor calado capaces de provocar el caos en el mundo», reconocía Mayra Oscureile.
