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Los alemanes piden a su gobierno un idioma más fácil

"CUANDO SE ENTIENDA LO QUE DECIMOS NO PARECEREMOS TAN LISTOS", ADVIERTE MERKEL

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La ciudadanía alemana, amparada por las principales organizaciones civiles exceptuando la rotunda oposición del Institut für Deutsche Sprache (IDS), ha decidido presionar a su gobierno para cambiar de idioma oficial y buscar otro un poco más fácil. «Estamos hartos de palabras largas, complicadas, farragosas. Nuestros antepasados aguantaron por miedo y resignación pero esto es una democracia. Basta ya de hacernos los ‘guays’ frente a los extranjeros. Busquemos una lengua normal, una lengua como todas que no tenga declinaciones ni nombres como ‘Eichhoernchen'», sentencia el manifiesto «Por una lengua normal», difundido a través de los principales medios de comunicación alemanes.

La canciller Angela Merkel ha reconocido que «yo también me canso muchas veces y siento rabia cuando veo a esos cantantes de flamenco expresándose con palmas y gritos. Pero el alemán nos define como nación y, además, pensemos que cuando los de fuera entiendan lo que decimos ya no pareceremos tan listos».

Las reivindicaciones populares se volvieron más intensas desde que la semana pasada falleciera un niño de 5 años en Hamburgo mientras intentaba pronunciar el nombre de su hermana. «El aparato fonador humano no está preparado para articular los sonidos de nuestra lengua. Y cuando las cosas se fuerzan, a veces ocurren desgracias», argumenta el doctor Grüshpildendergrauencordh, experto en otorrinolaringología (Hals-Nasen-Ohren-Heilkunde). Merkel replica que «lo que haga cada uno con su aparato fonador no es un asunto de Estado. Si se utiliza bien, se puede fonar perfectamente sin que haya sustos relacionados con la lengua».

El manifiesto ciudadano también remarca un inconveniente que ni siquiera el gobierno se ha atrevido a negar: «Nuestra juventud se está quedando fuera de las nuevas tecnologías de la comunicación al no poder sintetizar sus mensajes en frases de menos de 140 caracteres. Alemania es un país de referencia pero no hay ni un solo alemán en Twitter. Nos estamos quedando atrás».

Muchos ciudadanos han optado por abandonar el alemán y pasarse al inglés o al lenguaje de los gestos hasta que las autoridades se decidan a afrontar el problema. «Buscaremos posturas de acercamiento. Estamos dispuestos a eliminar la letra hache, por ejemplo. Pero hay palabras a las que no podemos renunciar sin traicionar nuestra esencia, especialmente esas que suenan como si estuvieras vomitando cemento», declara la canciller.

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