Ricardo Sureda y su esposa Isabel han inaugurado esta tarde en Girona el primer restaurante del mundo con zona para no creyentes. «Tanto mi mujer como yo crecimos en familias en las que se bendecía la mesa antes de cada ágape. También era común que en las conversaciones saliera el tema de Dios o de la religión mientras comíamos. Como ateo que soy, a mí esto me molesta igual que a un fumador pasivo le puede molestar el humo del tabaco. Yo no quiero ser un creyente pasivo», declara Sureda. El matrimonio admite que «en nuestra sociedad hay creyentes y no creyentes», de modo que ha optado por habilitar zonas para unos y para otros «evitando así el conflicto».
El obispo de Girona, Francesc Pardo, ha lamentado la apertura del establecimiento alegando que «fomenta el ateísmo gastronómico que lleva al hombre a comer como si no hubiera un mañana». Monseñor Pardo pesa más de 100 kilos.
El principal reto del restaurante, que se ha «bautizado» con el nombre de «Cago’m Cristo», es ofrecer espacios para los creyentes fumadores, los creyentes no fumadores, los no creyentes fumadores y los no creyentes no fumadores. «Total, que hemos alquilado una nave industrial para que quepan todos y hemos separado cada zona con varios biombos. Y a ver qué tal», explica el dueño.
Aunque a grandes rasgos la carta del restaurante será similar para todos, habrá algunos platos que no se ofrecerán a los no creyentes: «No habrá tortitas de Santa Teresa, tocinillos de cielo y todas esas cosas, obviamente. Pero también los creyentes tendrán platos vetados, como por ejemplo el rabo de toro. Ya saben lo que dice el refrán: ‘O crees en Dios o comes rabo pero ambas cosas queda raro'», declara Ricardo Sureda.