Ayer por la tarde, Pedro Iglesias, natural de Bilbao, vio caer un objeto a gran velocidad del firmamento y, sin pensar en lo que hacía, le dio una patada en cuanto estuvo a su alcance devolviéndolo a su lugar de origen. «Juego mucho al fútbol y fue como instintivo. Luego me dijeron que era un meteorito y pensé que molaría haberle metido un gol a Dios por toda la escuadra», confiesa Iglesias. Un equipo de astrónomos de la Universidad de Milán no descarta que caigan más meteoritos pedregosos en los próximos días, por lo que varios vecinos están organizando una liguilla «para humillar a esos cabrones».
Los expertos recomiendan tener cuidado con la caída de meteoritos y tildan la reacción de Pedro Iglesias de «absoluta temeridad». Sin embargo, éste asegura que «sólo se me peló un poco la punta de la bota» y está convencido de que él y sus compañeros aficionados al fútbol dominan suficientemente el juego aéreo como para estar a la altura de las circunstancias. Al saber que «un meteoro puede impactar a gran velocidad provocando cráteres enormes y la muerte de personas», Iglesias ha insistido en que «estaremos preparados para darlo todo y no nos amedrentaremos sólo porque vengan de fuera».
«Así es como funcionan las cosas en España», se ha lamentado el astrónomo vasco Ricardo Goreti. «Tenemos la oportunidad de analizar material rocoso del Espacio exterior y nos liamos a patadas con él sólo porque se parece a una pelota grande. El Universo básicamente nos importa tres pepinos mientras no sea el nombre del equipo rival».
