Giorgio Armani ha vuelto a sorprender. Fiel a su elegancia, ha presentado una propuesta que rompe tabúes. Trajes sobrios, distinguidos, con un aire clásico y juvenil, casi homosexual, cuyo elemento más destacado han sido las corbatas en forma de escroto.
Consciente de que esto marcará un antes y un después en el mundo de la moda, a Armani no le preocupan las críticas de sus competidores. “La moda, como el arte, bebe mucho de la vida personal de cada creador, y yo he vivido un momento acojonante”, ha declarado. Precisamente, el famoso diseñador ha sufrido diversos episodios de estreñimiento y un amago de angina de pecho, lo que, según él, “me ha puesto los huevos por corbata”. De esos momentos de pánico el artista ha sabido sacar un trabajo excelente, rozando lo bonito, que está destinado a ser uno de los hitos de la moda universal.
La propuesta del diseñador italiano ha provocado reacciones de todo tipo en la prensa especializada. Mientras la directora de Vogue Paris, Carine Roitfeld, ha tildado la corbata escrotal de «perversión al aire libre», la revista Harper’s Bazaar aseguraba que «la piel del escroto es un elemento en constante movimiento, como la moda, y también muta con el clima y las estaciones. Armani ha encontrado un nuevo espejo del alma que está destinado a convertirse en el accesorio ‘it’ de la temporada».
En España, Ariadna Ferret, editora de Fashionisima.es, ha argumentado que «así como Coco Chanel liberó a la mujer del corsé, Armani ha liberado al testículo de su eterna clausura. Lo que antes era símbolo de fragilidad y se mantenía a resguardo, ahora se sitúa casi a la altura de la mirada y se legitima como elemento estético».
