El aeropuerto Madrid-Barajas vivió durante gran parte de la mañana de ayer varios retrasos y cancelaciones debido al cierre de la pista principal porque un cartel indicaba que estaba recién fregada. Los vuelos no se retomaron hasta las 15 horas, cuando se comprobó que todo había sido una broma de unos adolescentes. Hasta que se descubrió a los verdaderos culpables, Marta Radigales, una empleada del servicio de limpieza del aeropuerto, fue retenida por la Guardia Civil. «Yo ya les decía que no había sido, porque una siempre pone periódicos del día anterior en el suelo para que los airbuses no dejen huella, que luego no veas lo que cuesta de quitar la goma quemada del asfalto, que hay que rascar y todo» declaró tras ser liberada.
«Pese a los retrasos, lo prioritario en el aeropuerto ha sido siempre la seguridad» comenta Juan Freire, jefe de la torre de control. «La seguridad de no pisar algo que, por lo que sabíamos, podía estar recién fregado y hubiera habido que fregarlo de nuevo si se pisaba. Lo cual no sólo provoca retrasos mayores, sino que también da mucha rabia».
Recientemente, en el aeropuerto londinense de Heathrow, se vivió una situación parecida cuando unos gamberros pintaron en una de las pistas «Mind the step» («cuidado con el escalón»). Hicieron falta cinco horas para comprobar que, en contra de la evidencia, no había ningún escalón y que los aviones podían usar la pista sin riesgos.
Al parecer, Pedro J. y Rubén T., ambos de diecisiete años, habrían visto dicha broma en Internet y decidieron adaptarla para el aeropuerto de Madrid optando por un cartel de «Está fregao», que dejaron en la pista principal, la 18R/36L, causando un total de 23 vuelos cancelados y retrasos durante todo el día en el resto de operaciones. Aunque fueron muchos los afectados, pocos lo pasaron tan mal como la empleada que fue responsabilizada de la situación. «Era evidente que no la había fregado yo porque me he pasado la mañana con el mocho en la 18L/36R. Además, si yo hubiera fregado la 18R/36L… vamos, luce el sol en ella, luce el sol. Cuando yo friego las pistas, se pueden comer sopas en ellas».
