«Es del todo imposible. Imágenes de esta naturaleza no se van a ver en España». Así de claro ha sido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una rueda de prensa convocada esta mañana y en la que ha insistido en que la Guardia Civil no le va a propinar al Defensor del Pueblo una paliza si no deja de cuestionar la actuación de la benemérita en la tragedia de la valla de Melilla, de la que dice incluso que apedreó a inmigrantes. «En modo alguno habría represalias en forma de duro castigo físico», ha zanjado.
El titular de Interior ha pedido «prudencia a todo el mundo» y sobre todo calma, alegando que «no conviene que las cosas se desmadren pese a que, como digo, los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no infligirían daño alguno al señor Gabilondo dijera las barbaridades que dijera, y no es un secreto que ha dicho cosas con las que no estoy de acuerdo».
«El Defensor del Pueblo solo, en un callejón oscuro, tirado en el suelo, sangrando… quizá con un dedo menos… son imágenes que no se van a ver en nuestro país, donde se tiene el máximo respeto a las instituciones que velan por la transparencia del Ejecutivo. Estamos hablando de democracia», ha reiterado Grande-Marlaska. «Y estamos hablando de España también, ojo», ha agregado después, tras una breve pausa.
«Sería fácil que algo así ocurriera, habiendo los medios para ello, pero eso siempre desde un plano hipotético. Y no estamos aquí para lanzar hipótesis. El señor Gabilondo se encuentra bien en estos momentos, y todos queremos que siga así de bien. Para nada querríamos lo contrario», ha declarado para concluir.
