Nervioso y dando vueltas en su lecho de hojas, un oso pardo ha admitido hoy estar «agobiadísimo» porque llega febrero y no ha conseguido conciliar el sueño para hibernar. “Si me durmiera ahora aún hibernaría un mes, pero cuanto mas lo pienso más nervioso me pongo”, ha explicado el oso, que ha intentado relajarse de todas las maneras posibles e incluso ha utilizado el tradicional método de contar salmones.
«Buf, vamos, vamos, te tienes que dormir», se ha dicho a sí mismo, consciente de que, si no logra dormir unos meses, se va a pasar todo el año con dolor de cabeza.
El oso ha concluido que quizá sus problemas para dormir se deben a la pesada digestión de los dos excursionistas enteros que se comió, en plan picoteo, justo antes de acostarse.