Incapaces de deleitarse con aquello que llevaban tanto tiempo esperando y que al fin se ha hecho realidad, la victoria de Isabel Díaz Ayuso ha sido tan arrolladora que los votantes de izquierda no tienen ánimo para alegrarse por el hundimiento de Ciudadanos. “Mierda, debería estar alegre pero lo de Ayuso me está reventando la fiesta”, dice Cristina Maroto, de Madrid, que llevaba años soñando con la desaparición de Ciudadanos.
“Ha desaparecido Ciudadanos pero… ¿a qué coste? ¿Ha merecido la pena? ¿Por qué estoy llorando si debería estar contento? ¡Oh, qué contradicciones perturban mi alma!”, dice un votante del PSOE que hasta hace poco culpaba al partido naranja de todos los problemas de la izquierda. “Por un lado está bien que Ciudadanos pierda votos, pero por otro lado no está bien que se los quede el PP y no, por ejemplo, Unidas Podemos”.
“Bueno, prioridades: hoy celebro lo de Ciudadanos y mañana me quejo de lo del PP”, decía otro madrileño que ha decidido que la aplastante victoria de la derecha no tiene que impedirle celebrar “lo auténticamente importante”.
Los votantes de izquierda no son los únicos con sensaciones encontradas. Pablo Casado, líder del Partido Popular, también está siendo incapaz de disfrutar de la victoria de su partido ante el imparable ascenso de Ayuso.
Y al propio Edmundo Bal, líder de Ciudadanos, la desaparición de su partido le está impidiendo paladear la victoria de la candidata por la que ha votado, Isabel Díaz Ayuso.
