“Que rule”. Con estas palabras confirmaba la ONU esta semana su decisión de eliminar el cannabis de la lista de sustancias peligrosas. Una decisión ratificada por la OMS, que aseguró que el CBD o cannabidiol no es adictivo, pero sobre todo por la sesión de “sofacito y música de los setenta” celebrada ayer en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, donde sonó la discografía en vinilo de Pink Floyd maridada con aceites de CBD de la marca Flower Farm.
Los principales expertos de la organización, que se reunieron para revisar los criterios de la ONU con respecto a esta sustancia, coincidieron al señalar que “la etapa de Syd Barrett es la más interesante, aunque The Wall es un discazo”, y precisaron que “el CBD permite apreciar todos los matices, todas las notas, y te deja con una sensación de buen rollo que acabaría con todos los conflictos internacionales si la gente se liara a hacer pedidos en la web de Flower Farm desde los puntos más conflictivos del planeta”.
“Te tomas las cosas de otra manera”, ha declarado esta mañana en rueda de prensa António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, con la corbata aflojada y después de repartir aceites y flores de CBD entre los periodistas. “Esto lo tenéis que probar con un vinilito de Pink Floyd, da igual cuál porque son todos buenísimos, pero mi favorito es el Meedle”, ha señalado Guterres.
“¿Vapear? Por supuesto que sí. Recomendadísimo. Id a la web, veréis que tienen de todo”, ha reiterado el máximo responsable de la ONU mientras sonaba de fondo una edición de coleccionista del vinilo de Dark Side Of The Moon. “Breeeathe, breathe in the aaaair”, ha concluido cantando mientras expulsaba vapor de cannabidiol por la boca.
