Satán se ha dirigido hoy a su comunidad de adoradores anunciándoles que ya no aceptará más sacrificios de cabras en su honor porque se ha hecho vegano. «Si hay algo que perturbe la paz hoy en día son los putos veganos», ha asegurado en una humeante inscripción en latín aparecida en una roca.
El Maligno confiesa también que «la industria cárnica y sus procedimientos son una fuerte competencia», hasta el punto de que, según admite, «al lado de algunos mataderos el Infierno parece la sala VIP de un aeropuerto». Por tanto, con la intención de no potenciar a sus rivales, anima a los satanistas al boicot.
Hace años, Lucifer participaba activamente en los Consejos de Administración de Campofrío y trabajaba muy de cerca con el departamento de control de calidad, aportando ideas que él mismo aplicaba en sus dominios. Sin embargo, la relación con la empresa se enfrió. «Ya no escuchaban mis sugerencias», se queja, y reconoce que «la idea de hacer anuncios cuquis no se me habría ocurrido ni a mí». Los celos dieron paso a una abierta hostilidad.
«La idea de conseguir que cada vez más hombres coman cartón insípido con forma de hamburguesa me atrae mucho, creo que el futuro del mal está en el veganismo», asegura ahora, advirtiendo de que en el Infierno a partir de ahora habrá menos fuego «pero se dará más la brasa».
En la nueva Guía de Prácticas y Ritos del Satanismo, escrita con «un equivalente a la sangre elaborado con remolacha», recomendará sacrificar «daditos de tofu» para invocar «a Seitán, que es mi nuevo nombre».
